PACO GRUEXXO VS. EL HOMBRE FOCA: LA ENTREVISTA



PACO GRUEXXO vs. EL HOMBRE FOCA
Juan Luna-Avin
Julio César Morales

¡¡¡Estamos Vivos!!! es el grito de guerra de ceroinspiración para el 2010.  El espacio inaugura el año con una exposición de dos artistas mexicanos radicados en California, Juan Luna-Avin y Julio César Morales.

La frase ¡Estamos Vivos! es tomada del músico metalero Pacco Gruexxo, figura central de las obras que Juan Luna-Avin presenta. Esta pieza de texto viene acompañada de dibujos de LPs de covers que no han sido lanzados al mercado, posters y una edición limitada de una compilación de audio con los éxitos del Gruexxo realizada por el artista, la misma que puede ser intercambiada por otra compilación de música, un zine, un poster de fabricación personal o una donación para la galería.

La obra de Juan Luna-Avin gravita alrededor de la historia de la música mexicana y sus influencias en América Latina. Prestando especial atención a sus circuitos y estrategias de difusión; a las culturas juveniles urbanas y sus procesos de identificación, y a las historias y genealogías reales y ficticias que se generan en la ciudad. Juan construye para el Gruexxo una historia visual alternativa a partir de un lenguaje con resonancias de DIY, espíritu de fan, piratería y bajo costo.

Julio César Morales ha venido explorando la figura del músico cubano Dámaso Pérez Prado, conocido en la escena musical como el Hombre Foca, por varios años. En esta muestra presenta dos videos Exotic Mix (2006) y El Son del Mambo Remix (2007). Sus obras combinan un sampling sonoro y breves juegos visuales a partir de las imágenes de las películas en las que el músico participó.

Julio deconstruye y actualiza el trabajo musical iniciado por Pérez Prado, reinvindicando el carácter de éste como pionero del cut and paste (corte y pegado), empleado hoy en día por los Djs. En trabajos anteriores Morales realizó las actualizaciones a los ritmos que Pérez Prado no alcanzó a intervenir debido a su muerte. Creando Low Rider y Metal Mambos a partir del ritmo original, siguiendo el principio de intervención utilizado por Pérez Prado.

PACCO GRUEXXO vs. EL HOMBRE FOCA es un mano a mano de géneros musicales, de las influencias de estos dos músicos en las tendencias musicales de latino américa, pero también es una mirada a los circuitos de distribución y consumo musical en territorio mexicano, a las culturas y mitologías que se construyen alrededor de personajes públicos, y a los recursos sonoros que se repiten y reinventan.

Imagen: Juan Luna-Avin y Julio César Morales fotografiados
por María del Carmen Carrión, Oakland Abril 2009

María del Carmen Carrión, curadora de la exposición, conversó con los artistas sobre sus puntos de partida para las obras en la muestra, el mercado musical y las alternativas a éste, sus procesos artísticos y sus prácticas como Djs.

María del Carmen Carrión: Arranquemos con lo evidente. ¿Cómo y cuando inició su interés por Paco Gruexxo y Pérez Prado respectivamente?

Juan Luna-Avin: Mi interés por Paco Gruexxo comienza casi al mismo tiempo que empecé a escuchar rock n' roll en México, allá por finales de los 80's. Un día lo vi en televisión en un programa de variedades de esos que se trasmitían a medio día. El salió vestido de manera muy rara. Tenía una apariencia como si fuera un 'metalhead' auténtico - muy al estilo de Mothorhead. Gritaba, "¡Estamos vivos!" una vez tras otra y luego se ponía a cantar. Me acuerdo que tocó "¡Rompiendo la ley!" que es en sí un cover de una canción de Judas Priest llamada "Breaking the Law".

Tiempo después, encontré un artículo de él en una revista llamada "Conecte" y el hablaba que venía tocando desde hace años. Eso me interesó de momento como anécdota pero hasta allí. Años después, como en 1996, en otra revista, lo encontré de nuevo y el cuate seguía hablando de que tocaba aquí y allá pero nadie lo pelaba - le hacía caso de manera seria.

Ya como a principios del 2001, lo vi en la tele de nuevo. Para entonces, ya era un super fan. Más que nada porque se había vuelto un símbolo de resistencia, una imagen multi-generacional de lo que significaba ser un rocker en México y porque nadie se explicaba como había sobrevivido tantos años insistiendo en lo mismo.

MDC: ¿Cual fue tu caso Julio en relación al “Rey del Mambo”?

Julio César Morales: Mi interés por Pérez Prado aparece cuando yo era estudiante del San Francisco Art Institute y Miguel Calderón, un amigo y también artista, me pidió que le haga una banda sonora para una película suya y me dio un disco de Pérez Prado del 1966, “Concierto para Bongo”. Lo escuché y quedé encantado. Me di cuenta entonces que esa era una faceta de Pérez Prado que no mucha gente conocía, el Pérez Prado experimental. En México estábamos sobre todo acostumbrado al Pérez Prado de la edad de oro del mambo, de los inicios de los 50's. Y bueno, me quede fascinado con su lado experimental y terminé buscando ese tipo de grabaciones.

Resulta que él hizo más de 150 discos – así que hubo mucho por descubrir. Ahora yo tengo en mi colección cerca de 100 de sus discos y sigo deslumbrado por su talento y por la forma como usó el mambo para crear nuevas formas de música “cut and paste” en los 50's y 60's.

MDC: ¿En que consistió este uso del “cut and paste”?

Julio: Pérez Prado descubrió el mambo en 1949 al fusionar la música swing americana con ritmos afro-cubanos, pero compuestos solamente a partir del sampling de sonidos urbanos de la Habana y de Ciudad de México. En su película “El son del mambo” de 1950 dice, “soy un coleccionista de sonidos como una forma de regresar a la naturaleza y de conectar con el futuro”.

Prado crea el mambo al añadir texturas que encontró en la calle, sonidos que después sampleaba y adaptaba a varios instrumentos de su orquesta. Así, por ejemplo, el sonido de un taxi será entonces re-sampleado a 2 segundos, a un momento específico del carro pasando a Pérez Prado, él encontrará el tono del carro y escribirá un sonido para trompeta.  
Así que lo que hizo en verdad fue inventar lo que en música electrónica –ahora 60 años después-- conocemos como sequenciadores, donde un banco de sonidos es asignado a notas en un teclado.

Otra de sus innovaciones consistía en la forma como comandaba a su orquesta con su cuerpo y sus gritos, como: ¡Dilo!, ¡Caramelo!, y ¡Mírame! Estos comandos eran tan precisos que sus músicos podían pausar, re-play, loopear o incluso bajar un tono en una canción a partir de sus comandos en vivo y en el escenario. Así, que de cierta forma el hacía lo que los Djs hacen hoy en día, solo que él lo hizo en tiempo real hace 60 años, un verdadero pionero.

Juan: Volviendo al Paco y para terminar con él. Otra cosa que me encanta de la persona del Gruexxo, es que como pasó el tiempo y el se adoptó a las corrientes musicales del momento. Tengo fotos de él de Hippy, Punker, Metalero, Darky, etc.

MDC: En ese sentido tiene mucho que ver con Pérez Prado y la mutación musical que él vivió, que es uno de los aspectos que investiga Julio en su propuesta.

Julio: Pérez Prado siempre estuvo mirando hacia el futuro y adoptando “nuevos sonidos” para los jóvenes, en relación a nuevas tendencias en las culturas pop y underground, tales como el mamborock, mambo-psicodélico, mambo-funk y mambo-barroco. Tal como él lo dijo en su film de 1963 “El dengue del amor”, “yo NO estoy satisfecho vendiendo arenas y vendiendo discos, si no estoy haciendo sonidos para la nueva generación me siento vacío.”

Juan: ¡Sí! Paquito y el chamaco Pérez Prado tienen eso en común. Se adaptaron a su tiempo cada uno a su manera. Pérez Prado adoptó las corrientes musicales de entonces a su sonido, un buen ejemplo es el disco 'Dimension' que esta influenciado por la psycodelia. Paco lo hizo con su imagen ya que el era un show man, un front man más en la tradición de rock. Es curioso verlo en estos días, vestido más al estilo Darky (Gótico) y tocando covers de canciones de los 60's.

MDC: Juan, uno de los aspectos que toca tu obra tiene que ver con formas de circulación alternativa, circuitos que van desde la piratería, pasando por el intercambio y aterrizando en el DIY (hazlo tú mismo) y el bajo costo. ¿Cómo han influido estos modos de circular información inherentes a la escena local -mexicana- de la música, en la forma como produces tus obras?

Juan: Siento que mi obra se ha influenciado tremendamente de las maneras en las que las subculturas y la corriente DIY trabaja la distribución de su filosofía - zines, calcomanías, posters, CD copiados, etc.

MDC: En esas subculturas al igual que en la lectura que haces de la figura del Gruexxo existe ese espíritu de resistencia, de sobrevivencia, de ir contracorriente. Creo que hasta me arriesgaría a decir que el DIY en Latinoamérica tiene un tinte diferente, ya que en muchos casos no es una alternativa al mercado, sino lo que suple la ausencia del mismo. Pienso en tu trabajo anterior que se enfocaba en el mercado del Chopo, y en la instalación que al respecto montaste para Queen's Nails Annex en el 2005. Calcomanías, CDs copiados, posters, zines reproducían una estética pero también un modo de vida. ¿Quieres decir algo sobre eso?

Juan: Lo del DIY en Latinoamerica es muy cierto. No es una alternativa. "La alternativa" es a veces la única opción, lo vez en el Chopo, en los mercados, en las esquinas de calle. La única manera de tener música y cultura foránea y local si no tienes internet. Sobre el proyecto en QNA, al que te refieres, lo que hice fue hacer una especie de recuento. Por un lado, de lo que en sí significaba ser un DIY de la manera más exacta - tratar de recrear la experiencia lo más real posible - y por otro lado, enfocarme en el lado histórico que quería presentar en la pieza. Una pequeña antología de títulos perdidos o desconocidos de todos los artistas Latinoamericanos "de culto" con los que crecí.

MDC: Juan, en tus obras en esta muestra la figura central y evidente es Pacco Gruexxo, pero hay además otro personaje, uno que a momentos solo se vislumbra y que en otros instantes aparece de forma más concreta (como en los afiches), que es el del fan. Un personaje que en ciertos momentos eres tú, aunque no creo que sea tan simple, ya que veo en tu trabajo un afán por tratar de dilucidar la idea de la fanaticada, del seguidor, de como las culturas urbanas juveniles se construyen a partir de signos aglutinadores como puede ser un personaje público, una forma de vestir, un estilo musical. El fan aparece en los trabajos que aquí presentas como un seguidor que completa la figura del ídolo, que la despedaza y la recrea, al producir incluso las imágenes que le faltan al cuadro (pienso aquí en los dibujos de los LPs que no existen) pero sobre todo en una obra que estaba en proceso la última vez que visité tu estudio en Palo Alto. Me refiero a los collages de genealogías musicales que creabas para bandas (reales o ficticias) de la escena del DF. Un mapeo que remitía a la ciudad como una mega construcción, un gran rizoma que conectaba lo real con lo inventado. ¿Cómo lees tu esta idea de la cultura del fan y cómo la abordas en tu trabajo?

Juan: Los mismos artistas siempre son fans. Muchos son fans de sí mismos y es de esa personalidad es la que de muchas veces florece esta terquedad que me intriga. En otra instancia, los fans son los que mantienen a los artistas vigentes y por su insistencia estos luego se hacen legendarios. Estas dos formas de fanatismo son las que me llaman tremendamente la atención. No solo la idea de mantener un culto pero expandirlo y darle dimensiones trascendentes, casi míticas. Eso es algo que llevo varios años explorando en mi trabajo, sobre todo en los dibujos de las portadas ficticias de discos. En esa idea de expandir la iconografía del artista y hacer su presencia más significativa es donde el fan muestra su obsesión.

Como bien apuntas, ya en estos nuevos posters el fan se hace presente físicamente. Finalmente asoma la cara. Lo trate de presentar no al mismo nivel del Gruexxo pero junto a él. Quizá ambos lo están ya que los dos participan directamente en la conversación.

Contestando tu pregunta sobre las genealogías fantásticas, estas en sí no solo vienen del legado de la cultura fan sino también de mi interés por la reinvindicación a los sonidos creados en México en las últimas décadas. Por un lado, en México existe una tendencia a juzgar y a categorizar todo lo que se produce en el país rocanrolmente hablando de una manera tan radical y tan dura que nada se toma en serio. Muy contrario al periodismo anglosajón, donde hasta cierto punto, la crítica es más justa y nunca se ha cuestionado el por que se hace música rock. En México la gente ha producido música rock desde los años 50’s y sin embargo, “los expertos nacionales” siguen cuestionando si es rock o no. Si es de calidad o al menos escuchable. Por el otro, la poca documentación que existe y el desinterés han creado unas lagunas culturales que no te permiten comprender o tener un antecedente fijo de que es lo que ha pasado en México con la música rock y sus subculturas. Todo es pedacería y datos incompletos. Es por eso que cuando empecé a hacer mi investigación sobre los orígenes del punk en México me topé con muchos baches y caminos a ninguna parte. Cuando trabajé en mi primera genealogía donde trate de hacer un recuento de todos los grupos punk que han existido en México, por más que busqué, encontré una buena cantidad pero mucha información estaba inconclusa. Llegó un momento donde hice una lista paralela de bandas que de acuerdo a datos, solo existieron una vez o solo fue algo tan esporádico que nadie las puede confirmar. De esa iniciativa decidí hacer una genealogía de puras bandas ficticias. Al menos estas bandas yo las puedo confirmar. En sí parte de mi tesis en proceso -para el MFA de Stanford- será recrear una de estas listas pero con más detalles y a gran escala.

MDC: Paralela a su práctica artística está el trabajo que ambos desarrollan como Djs y como productores culturales. Me refiero en particular al caso del Club Unicornio, proyecto musical que inició Julio junto a Luis Illiades en el 2004, cuya premisa era la colaboración entre músicos, DJs y artistas visuales que exploraban sonidos e imágenes de referencia en muchos casos oscuras o kitsch del repertorio Latinoamericano. Club Unicornio ha ido creciendo, internacionalizándose, mutando y consolidándose. ¿Podrían hablar un poco sobre los orígenes del proyecto, que nicho fue a llenar en SF y hacia donde apunta?

Julio: Club Unicornio fue una forma de intervención urbana que inicié en el 2004 en el Barrio de la Misión en San Francisco. Cuando me mudé a San Francisco me llamó la atención la cantidad de bares latinos en la calle Valencia y como todos los sonidos de esos bares salían a la calle, y tú podías escuchar todo ese repertorio de música latina en la calle. Así que cuando la idea surgió, yo ví en esto una posibilidad de hacer una intervención, una forma de Poner de Vuelta la música de nuestro club en las calles, esto sucedía en el 2004 un momento en que la Misión vivía un proceso de regeneración urbana producido por el boom del Dot com de finales de los 90's e inicios del 2000. Proceso que desplazó familias y negocios latinos de éste, que por generaciones había sido el Barrio Latino de la ciudad.
El club lo inicié junto a Luis Illiades, el baterista de Pansy Division en el Casanova Lounge, y con la ayuda de la barista Margarita Lara. Luis es de Tijuana al igual que yo, así que iniciamos tocando música que ninguno de los habitues del bar había escuchado, como Pérez Prado, Toña La Negra, Los Dug Dugs y nuevos sonidos como techno cumbia, techo rock y a veces y sólo pasada la medianoche reaggeton.

De ahí el proyecto creció en interés e invitamos a Juan, Eamon Ore-Giron y Joe Franko para que sean parte del mismo. También creció en reputación y todos nosotros que no éramos djs – en el sentido más estricto del término – de repente estábamos tocando en  Tokyo, Istanbul, New York, Singapore, Hawai y sobretodo en espacios de arte como el  Whitney, SFMoma, Yerba Buena Center for the Arts y en bienales internacionales.

Después de 5 o 6 años, yo ya no podía manejarlo más ya que mi carrera artística y la de mis compañeros empezaron a volverse más ajetreadas. Sin embargo, puedes ver la influencia en otras ciudades como Nueva York con Fresa Salvaje
y Los Angeles con Más Exitos. Así que el paso lógico fue crear un sello discográfico que re-lanzaría alguna de la música que tocábamos, pero también música nueva como la de DJ Lengua y de otros. El sello es hoy en día manejado por Joe Franco y Eamon Ore-Girón y yo hago la mayor parte de la imagen para ellos.

Juan: Al Club Unicornio yo llegué como proveedor de visuales. Hacía unos videos que llamamos de “Mexplotation” ya que eran bastante kitsch y populacheros. En términos de conexión con mi práctica artística, pues hasta la fecha sigo produciendo recopilaciones para exposiciones y eventos que tengan que ver con Club Unicornio. La idea de tratar de reproducir un concepto, en este caso, Paco Gruexxo, a travez de un CD con canciones que tienen que ver con él, es una de las maneras más entretenidas y directas para fomentar tus intenciones.