ORNATO Y DELITO: Adrián Balseca, Yoshua Okón + Artemio en CEROINSPIRACIÓN



ceroinspiración presenta:

ORNATO Y DELITO           

Adrián Balseca, instalación
y Yoshua Okón + Artemio, video

Apertura: viernes 9 de julio de 2010, 19h00
Invitado especial: DJ Zyborg

FUNDICIONES, Adrián Blaseca
fotografía: Martina Avilés

La grandeza de nuestra época radica en el hecho de que es incapaz de crear un ornamento nuevo. Hemos vencido al ornamento.
Hemos decidido finalmente prescindir de él”
(Adolf Loos, Ornamento y delito).


La muestra de Adrián Balseca ocupa las dos salas altas de ceroinspiración: en la primera instala una campana de hierro hecha de alcantarillas robadas y fundidas, y en la otra, una lámpara de cristal que alumbra gracias a la energía que toma del poste de la calle a través de un cable que entra por una ventana rota.

Escribía el arquitecto vienés Adolf Loos, en su texto Ornamento y delito (1908) que la modernidad abría una posibilidad fundamental sobre la concepción del tiempo, el espacio y la estética: la ausencia de ornamento. Para Loos la época moderna podía significar el destierro del absurdo que significaba la necesidad humana de crear ornamentos; y advierte en este cuasi manifiesto, que la persistencia sobre la producción de ornamentos era una tentación sistemática justificada por la generación de alegría vital o de volver hermoso un objeto. En la muestra Ornato y delito se retoma sus reflexiones sobre el lenguaje, la producción objetual cargada de contenidos políticos y las fronteras borrosas entre lo público y privado, para esta vez proponernos en una doble vía la imbricación entre la transformación de objetos utilitarios en ornatos sonoros, y por otro la relación de objetos privados con la utilidad de lo que nos ofrece ese intrincado espacio público.

A través de la acción Toma de Luz, literalmente se “toma” –temporalmente– la energía eléctrica de un poste de la calle a través de un cable que entra por la ventana de galería para alimentar la luz que emana una lámpara antigua, objeto familiar, que iluminará el centro de una de las dos salas que constituyen la muestra, casi ocupando el espacio por completo por la desproporción entre el tamaño exagerado de la lámpara y el reducido espacio de la sala. Frente a esta situación, nos preguntamos ¿cómo es representada la dimensión de lo público en el espacio privado de la galería? ¿O es la galería entonces un lugar de la esfera pública donde se debate sobre lo público? ¿Qué nos aporta saber en dónde está el límite entre público y privado? ¿Qué nuevos contextos de significaciones nos presenta esta intervención? En primer lugar, nos presenta el contexto de la irrupción: irrupción de cables de energía que provienen de los exteriores –y por tanto son públicos–, irrupción acentuada por la ventana que ha sido rota no para sacar algo sino para meter electricidad; rotura que es metáfora de la toma de electricidad tipificada como delito por el marco jurídico del estado ecuatoriano.
Pero la toma es presentada como la posibilidad del ornamento y no como la metáfora de la precariedad, esa acción que potencia la relación entre la utilidad de un objeto y su tentación ornamental.

Loos sostenía con una convicción inclaudicable que el ornamento era sobretodo una pérdida inútil de fuerza laboral, de tiempo de trabajo, y que con su producción no se conseguiría la alegría ni se convertiría en hermoso al mundo. Denuncia al ornamento moderno como anclado y subvencionado por el Estado, en el contexto de una estética del vaciamiento que ve en el ornamento una inutilidad y un exceso innecesarios propios de los primeros años de vanguardia del siglo XX.

Las piezas de Adrián Balseca reconocen en Loos una enorme potencialidad discursiva en los cruces entre estética, diseño y urbanismo o planificación pública. Pero su forma contemporánea de entender el mundo de la vida hace que la reflexión no se ancle en el deber ser sino en la puesta en tensión entre dos prácticas de vida: una es el robo común de energía eléctrica, otra es el ejercicio del sentido en un modo de vivir de barroco (colgar una araña de cristal con un sinnúmero de foquitos). La segunda, la de la araña que parecería innecesaria, tanto como el ornamento generalizado por Loos, resulta tan vital como la primera si pensamos que en el ethos barroco el ornamento es una parte integrante tan fundamental de la modernidad inacabada como la misma electricidad. Nos volvemos a hacer preguntas ¿Cuál es el delito? ¿el robo de energía? ¿Qué es el ornato para ese delito sino un alibi? ¿La precariedad del servicio público justifica moralmente el robo de energía… y el ornamento qué justifica?


Con Fundiciones (Título en proceso), se vuelve a cometer otro “delito” al tomar algunas tapas de alcantarillado público para fundirlas y convertirlas en una campana de hierro que lleva la inscripción “todo ladrón será quemado”. Aquello que podría situarse en el plano en tensión entre lo ilegal y lo legal, es convertido nuevamente en una tensión entre lo público y privado, y entre lo útil y lo ornamental.  Es entonces la perdurabilidad del objeto lo que permitiría poner en un nuevo contexto estas tensiones. Las tapas no son eliminadas, ni vendidas, ni usadas como tapas de alcantarilla, son transformadas mediante la fuerza de trabajo del artesano y su tiempo, en un objeto que oscila entre la utilidad de la alarma comunitaria (la campana es así entendida como la primera versión del megáfono comunitario) y el carácter netamente crítico de una campana en el espacio de exhibición. 


Sin llegar a verse “salvados”, éstos objetos se van escapando de posibles definiciones rígidas para volverse experiencias estéticas que promueven una crítica de las nociones de “ornato” y “delito” desde un margen de la ciudad como es el espacio de arte contemporáneo de ceroinspiración. No olvidemos cuál es el contexto espacial y político, cotidiano y objetual en el que se formulan estas articulaciones: Quito, lugar donde las prácticas informales de uso de la ciudad, los intentos municipales de control del espacio, las disputas de su uso, las restricciones y las tácticas para sortear esas restricciones, sumadas a la “viveza criolla”, la inventiva cotidiana y una intención de juego a través del cual se fracture ese cotidiano, se hacen presentes en dos objetos, lámpara y campana, que denuncian desde la frontera permeable de la toma y el delito su propio acto.

ZENITH, Yoshua Okón + Artemio
video cortesía de los artistas y Galería Revolver Lima


Acompañando esta muestra, ceroinspiración presenta la instalación Zenith (video color, 2008) de los artistas Yoshua Okón (Mexico, 1970) y Artemio (Mexico, 1976). Este video, producida en el Perú, representa all colibrí emblemático de Nazca, pero trazado por unas líneas de cocaína.

LOS ARTISTAS:

Adrián Balseca, 1989, Quito Ecuador. Autodidacta diseñador gráfico y artista plástico, ha realizado exhibiciones individuales y colectivas dentro y fuera del país: Ornato y Delito, Espacio Ceroinspiración Quito; Quito en Zaragoza, Centro de la Historia Zaragoza-España; Ecuadorian Renaissance, Community Art Gallery Queens Museum of Art, New York - EEUU; Si Hay Gas, Galería El Container, Quito; Lo que pasó pasó, Espacio Arte Actual, Quito, entre otras.

Ha participado en el proyecto editorial Album 3; el Salón del Comercio; en el Primer Premio del Público; en el Quinto Encuentro Internacional de Arte Urbano Al Zur-Ich, en la cuarta edición del mismo encuentro y en la Primera Bienal de Artes No Visuales en el museo Nahím Isaías de Guayaquil. En el Salón Mariano Aguilera 2008 obtuvo la 1era mención de honor.
Actualmente forma parte del colectivo de arte contemporáneo La Selecta Cooperativa Cultural, proyecto editorial web, www.laselecta.org; y colectivo artístico que busca generar espacios de difusión, critica y producción de las prácticas artísticas en el país.

Yoshua Okón, 1970, DF-México. Realizó sus estudios en la Universidad Concordia en Montreal, en Canadá y en la UCLA en Los Angeles. Vive y trabaja en Mexico y en los Angeles. Ha expuesto en numerosos institutos internacionales como: CCA Wattis, San Francisco, New Museum, New York; Hayward Gallery, Londres; PS1 MOMA de New York, Getty Center, Los Angeles; Artists Space en New York. En 2008, participó en Art Effectuer, Art Basel Miami Beach, y en 2005 en Turín Triennale, Castello di Rivoli, en Italia. Sus obras figuran en las siguientes colecciones: Blanton Museum Collection, Austin; Colección Fundación ARCO, Madrid, Colección Lopez Rocha, Guadalajara, en Mexico; Colección Pierre Huber, Ginebra; CIFO, Cisneros Fontanals Art Foundation, Miami, Fondazione Morra Greco, Napoli; Beach Collection Jumex, Mexico, Museo de Orange County of Art Newport; Tate Modern, Londres.

Artemio, 1976, DF-México. Vive y trabaja en México. Artista multimedia cuya práctica se extiende al video, la escultura y la pintura. Gracias a la apropiación y a la reinterpretación del pop en los elementos culturales y en los íconos, Artemio busta yuxtaponer un largo abanico de conceptos como el amor, la guerra, el kitch y la repulsión. En el transcurso de estos dos últimos años, ha realizado exposiciones individuales en Bogotá, Lima, México, Guadalajara, New York y Londres, y su trabajo ha sido presentado en exposicones colectivas en Moscou, Sydney, La Habana, Miami y Seúl. Artemio fue beneficiario de la subvención FONCA Jóvenes Creadores de México y el diario El Universal lo consagra como uno de los 17 artistas vivos más pertinentes del arte contemporáneo mexicano.